Fue una de las series con mayor éxito en la segunda mitad de los años sesenta. La mayoría de chicos de la época se enamoraron de Samantha, una bellísima bruja que hacía las delicias de grandes y pequeños.
Las mujeres envidiaban sus vestidos, nuestra bruja siempre
iba a la moda, y la facilidad que tenia para hacer las tareas domésticas con
solo un movimiento de nariz. Para poder hacer su magia, Samantha movía su nariz
y tilín tilín, ploff
Samantha, la bruja protagonista se casa con Darrin, un
publicista de Nueva York. Ella se propone dejar para siempre sus habilidades
mágicas para vivir una vida como los mortales con su marido. Sin embargo
normalidad es lo que falta habitualmente en casa del matrimonio Stephens, ya
que la madre de Samantha hace que la vida en esa casa sea de lo más agitada.
Por otro lado la galería de personajes se completaba con
Endora, la madre de Samantha siempre
enfrentada a Darrin. También recordamos con un especial cariño a Tabitha y su
peculiar movimiento de nariz cuando quería hacer brujería, la Tía Clara,
Maurice el padre, el Dr. Bombay y sus espectaculares apariciones, a Larry el
jefe de Darrin y muchos otros como la vecina chismosa de Embrujada, Gladys
Kravitz, quien a menudo se da cuenta de los hechizos que Samantha y Endora
realizan, pero cuyo esposo, Abner, tras escuchar acerca de dichas situaciones,
atribuye simplemente a la imaginación de Gladys.
Una serie que siempre recordaremos con cariño.
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