El 11 de diciembre de cada año se celebra en Venezuela el Día Nacional del Locutor en honor a Renny Ottolina
La celebración se hace con el objetivo de reconocer a aquellos profesionales que haciendo un uso adecuado de su voz, desempeñan una ejemplar labor de dirigirse a los micrófonos con ética y veracidad.
Muchas son las voces que se escuchan a lo largo del día a través de la radio, donde cada profesional tiene la responsabilidad de expresar en un lenguaje comprensible, adecuado y de forma inmediata, lo que el radioescucha requiere en ese momento.
Desde 1998 se decretó este día, para reconocer a Renny Ottolina, quien nació el 11 de diciembre de 1928, como uno de los mejores locutores en Venezuela y en diversas partes del mundo.
HISTORIA DEL NUMERO 1
Reinaldo José Ottolina Pinto nació el 11 de diciembre de 1928 en Valencia; fue un periodista, productor, locutor y animador de radio y televisión que dejó una gran huella tanto en los medios de comunicación venezolanos como en el pueblo con sus programas de variedades “El Show de Renny” y “Renny Presenta”, el seriado “Conocer a Venezuela es quererla más”, la campaña “Buen ciudadano”, así como con sus polémicos programas de radio “Renny en su Radio” y “Venezuela despierta con Renny”.
Su inconfundible voz, lentes de pasta y agudeza en el medio publicitario, le hicieron valer como el Número 1; además de ser el artífice del primer programa nacional a color, realizado en el Churún Merú (Salto Ángel).
En 1934 su familia se traslada de su natal Valencia a Caracas. A sus 17 años Renny Ottolina incursiona como locutor de radio; carrera que crecerá vertiginosamente y lo lleva en 1952 a la televisión como presentador del programa inaugural de la Televisora Nacional. Dos años más tarde pasa a las filas de la televisión comercial en Radio Caracas Televisión, hasta 1973.
En 1960 forma parte del equipo de gesta Televisa (actual Venevisión); sin embargo, regresó a RCTV para producir y conducir sus dos famosos programas de variedades. La televisión venezolana aún recuerda un programa especial de 1967 en el que adapta el cuento “El Angelito más pequeño”, protagonizado por su hija menor Rhena. Entrada la década de los setenta, sus dos hijas mayores: Rhina y Rhona son secuestradas en Caracas, una vez superado el caso, Ottolina decide sacar a su familia del país. Sin embargo, no rompe lazos con Venezuela, donde sigue desarrollando su acción filantrópica.
En 1976, tras dos años de residencia en Estados Unidos, regresa al país y anima dos programas de radio, que serán cancelados como medida de censura. En 1977 funda el partido MIN (Movimiento de Integridad Nacional). En 1978, decide participar en la contienda presidencial, pero el 16 de marzo sufre un mortal accidente al estrellarse contra el Pico Naiguatá la avioneta en la que viajaba y con ello desapareció el considerado Número 1 de la televisión venezolana.
COMO SER UN BUEN LOCUTOR
La radio como medio de comunicación masivo es sumamente fascinante debido a que, simplemente con el uso de sonidos y voces, se logra comunicar, persuadir, entretener, informar y educar a toda una masa que poco a poco se vuelve fiel al medio y sobre todo, a quienes hacen vida profesional en ella.
Los locutores son los profesionales de la voz que buscan de llevar la mejor información a su público de una manera muy particular que, a pesar de la nueva era digital en la que se vive, no ha perdido fuerza, todo lo contrario, cada vez crece mucho más a través de las radios online.
Ante todo, un locutor debe tener una actitud, formación y pensamiento profesional, pues, a veces, se piensa o se cree que el simple hecho de estar encerrado en una cabina y hablar a través de un micrófono es pan comido. Resulta que es todo lo contrario. La radio es también un medio de comunicación y además, uno que tiene mucho poder comunicacional por la característica de la inmediatez y además del feeling y engagement que pueda existir entre el locutor y la audiencia.
Es por esto que, debido al poder que tiene, esto lleva a una gran responsabilidad por parte del locutor y a su vez de todo su equipo de producción pues se debe mantener una ética y una moral periodística.
A su vez, un buen locutor, dependiendo del programa que conduzca, la emisora en donde trabaje, el horario en el que se encuentre y además, el público hacia el cual está dirigido, deberá mantener un lenguaje apropiado en todo momento. Esto sólo se puede lograr de una manera, leyendo a diario al menos una hora, enriquecer el léxico y el vocabulario, además claro de estar al día con los hechos noticiosos y los diferentes tópicos internacionales y sociales.
Cabe destacar que un buen locutor debe estar en un constante aprendizaje sobre su herramienta indispensable, la voz. Es por esto que, como el medio se le conoce, debe educarla, ¿cómo? Haciendo los ejercicios adecuados de dicción, lectura, proyección y vocalización. También proteger su voz de distintas intoxicaciones evitando drogas como el alcohol y el cigarrillo, esto último queda ya a libertad de cada uno.
Ser locutor significa ser también un profesional, incluso en distintos países este oficio se es estudiado como carreras largas en universidades prestigiosas en donde los futuros radiodifusores se empapan con la mejor información en historia, cultura, artes, psicología, sociología, periodismo, redacción, oratoria y pare usted de contar.
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